Hibakusha

Hoy he tenido una oportunidad única en la vida, una de esas ocasiones en que puedes ser testimonio de un acontecimiento que bien sabes que no se volverá a repetir, o que dificilmente tendrías acceso a él.

Hoy he podido asistir a una pequeña charla que han dado un grupo de Hibakusha que han pasado por BCN de la mano de la ONG Peaceboat y acompañados aquí por la ONG Fundació per la pau.

Hibakusha es el término con el que se conocen a los supervivientes de las dos bombas atómicas lanzadas sobre Japón en agosto de 1945, concretamente en Hiroshima y Nagaski.

Impresionante testimonio. Escuchar de primera mano como fué la tremenda experiencia que supuso el vivir y sobrevivir el estallido de una bomba atómica no es algo que pueda dejarte indiferente.

Me sería muy difícil expresar con palabras esa sensación de frio que te invade cuando escuchas, lees o ves algo tan dramático, algo tan terrible, algo tan trágico y, sobre todo, algo tan imperdonable como el hombre matando al hombre a través de la ciencia.

Y peor aún, el vacío que se le ha hecho a todos estos supervivientes, no ya solo de primera si no de segunda generación incluso, que han tenido que arrastrar su experiencia, sus terribles recuerdos, las enfermedades que han padecido, las que han transmitido sin ayudas, sin reconocimiento, estigmatizados por algo de lo cual ellos no son responsables. Se les ha sometido a un silencio, a un olvido social imperdonables. Cuando su testimonio y sus vidas debieron ser cuidados, han sido relegados al ostracismo más cruel. Ni siquiera ellos mismos supieron hasta un año y medio más tarde que era lo que había provocado tamaña sin razón. 

Acompaño un par de documentos tal cual me los han pasado a mi antes de esta pequeña charla. 
  • Entrevista a  Kikuyo Nakamura, vicedirectora de Hibakusha, asociación de supervivientes de la bomba atómica, en castellano
  • Entrevista a Setsuko Thurlo, superviviente, en catalán.
  • Testimonios en varios idiomas, incluidos inglés y algunos en castellano
Deja un regusto amargo el leer y pensar sobre el tema, más cuando se tiene en cuenta que las dos bombas que se hicieron detonar no son nada comparadas con las que se han construido tiempo más tarde, que triplican su poder. ¿Qué puede justificar el daño indiscriminado hecho por las bombas, o mejor dicho, infligido por aquellos que decidieron darle uso? A 67 años de su uso sigue sin haber una buena respuesta a eso.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Manualidades: Diver-Magic